Resulta que viajamos a Rotterdam, vía Gouda, desde Utrecht. Todo magnífico, porque Gouda queda a 30km de Utrecht y después de 70km, andar 30 es una pavada, así que hasta nos hicimos las cancheras y dijimos que ibamos a dormir siesta en el camino, después del almuerzo.
Pero no.
El camino a Gouda tendrá unos 30km, pero mi cuenta kilómetros (que ahora encima dejó de andar) contaba unos 58km cuando llegué al centro de Gouda. Claro que no es que hubiera algo que anduviera mal, sino que nos perdimos durante todo el día. Además, aunque llegamos al camping "tempranito", había que salir a comprar comida, y jamás vimos el supuesto "supermercado que queda a 2km" y, mandándola a Chiz de vuelta para la carpa (por su enorme desgaste angustioso y anímico), me fui con tres chicas holandesas armadas con sus rollers a buscar un supermercado Clase B llamado "Lidl".
De más está decir que el supermercado hacía honor a su nombre (little) y apenas pude comprar unos tomatitos cherry, porque el resto de los productos era para salir despavorido. Tuve que preguntar por otro supermercado, y me mandaron, como no podía ser de otra manera, al centro de la (de nuevo tan holandesa) ciudad de Gouda.
Por suerte, este supermercado sí tenía de todo, y con una mochila cargada de al menos 5 kilos de comida, emprendí viaje hacia alguna conexión Wi-fi para, aunque sea, mandarle un mail a mi mamá por mi cumpleaños (mi sensibilidad femenina lo demandaba). Una vez más, obviamente, dicha conexión no fue fácilmente encontrada, sino que tuve que rondar de local en local, preguntandole a la gente y soportando que me miraran poco menos como si fuera no sé qué tipo de OVNI. Casi me largo a llorar.
Por fin conseguí un ciber (o algo por el estilo) atendido por unos (supongo que) argelinos que, por un malentendido idiomático, me cobraron apenas 25 centavos de euro la media hora. Salí casi contenta, aunque no llegué a ver casi ni medio mail. También salí apurada porque, a todo esto, ya habían pasado tres horas desde que la mandé a Chiz para la carpa.
Como de ninguna otra manera podía ser, a unos 2 km del camping (donde se suponía que había un super mega archi grande shopping y supermercado y todas las cosas que hacen feliz a una chica), sentí un enorme, gigantesco e irrefrenable frenazo en mi rueda de atrás. La puta madre, se me pinchó.... la puta madre, pensé. Pero nope, el elástico del portaequipaje que estaba enganchando el pan, se había enredado en la rueda de atrás (no sé cómo mierda!) y de milagro no me reventó un rayo.
Llegué al camping con unos 15 mins extra de retraso (súmenle los 15 mins a las 3 horas que me había tomado ir al supermercado, eh!) preocupada porque Chiz, seguramente, estaría preocupadísima por mi bienestar en estas lejanas tierras. Pero, imangínense mi sorpresa cuando, al llegar, adiviné a Chiz adentro de la carpa, quien había estado durmiendo 2 de las 3 horas que yo había estado fuera (esa sí que es preocupación). Por suerte compensó mi esfuerzo preparando la cena y todo lo necesario para irse a dormir (sí! Dormir!).
El día siguiente, ya había pasado mi cumpleaños (y por ende, el aura de jetta característico de los cumpleaños ya se había disipado), y pudimos llegar a Rotterdam casi sin un kilómetro de más (pero sin cuentakilómetros porque se había quedado sin batería).
/Rotterdam
4 comentarios:
o los caminos de holanda son una chotada o uds perdieron la brujula mal!!! como puede ser que se pierdan cada 2x3??? =P
lo bueno es que asi tiene mas para contar!!!!!!!!!!!!!
Che Isa, olvide decirte que en el curso de bicicletera express no llegamos a ver -objetos elasticos que se enganchan en la rueda-, pero si recuerdo haberte dicho que las pilas del cuenta kilometros son de prueba y duran muy poco. De todos modos me divierto con tus comentarios. Besos.
Tendrias que hacer un relevamiento de supermercados europeos y hacer un libro o blog solo de eso, amor!
Gus: haberme acordado, igual te cuento que gracias a mi falta de memoria, los cuentakilómetros ya no respresentan una incógnita para mi, jajaja!
Pol: ya tengo algo preparado al respecto....
Viole: hago mea culpa por las pérdidas...
Publicar un comentario