Oh, lala, Paris!




Perdonen el tiempo que los tuve abandonados pero bueno, París es así: te consume. Y no que hablar a las estrellas como yo, que somos las que hacemos brillar a semejante pedazo de ciudad. 

En fin, antes que nada, para quienes no conozcan Paris les cuento que París es tal cual como se la imaginan, como la describen en los libros y como la ven en las películas (y si no se la imaginan, ni leyeron ningún libro, ni vieron ninguna película, háganme el favor de ver Paris je t'aime, y me quitan el trabajo a mí de contárselos).

Bueno, pero volviendo al tema, paso a contarles las experiencias, de vida, que tuve en la parisina ciudad de París:


Las compras

A París, las mujeres la conocen por la ropa, el glamour y Lafayette y los hombres la conocen por... por las mujeres, seguramente. También están los que vienen a París a ver Iglesias, museos y, quizás, algún que otro boulevard. 

A mí, lamentablemente, ni estando una semana se me pega el glamour de París (el cancherismo holandés es más fácilmente contagioso) y, la verdad, es que las galerías Lafayette están tan llenas de gente que ni ganas de entrar le vienen a una, así que no... pero lo que sí puedo decirles es que París tiene tantas librerías como bicicletas hay en las calles (que no son tantas como las que hay en Amsterdam pero sí son muchas).

Muchas de estas librerías son, simplemente, divinas. La más chica tiene tantos libros como El Grand Esplendid del Ateneo en Buenos Aires. Y esas son las de menos, porque las mejores son las que venden libros baratos (que sacan por ser de segunda mano, de saldos o de algún origen dudoso del cual no quise ni enterarme). En una de esas susodichas librerías es donde, quien les escribe, se compró unos (sin exagerar) 7 libritos (dos para regalar, a personas que a posteriori lo descubrirán). Lo peor de todo es que estas librerías (que también pueden llamarse Manzana de Edén) tienen de todo tipo de libros y, aún peor, una de ellas está a una cuadrita del hostel (un tanto... particular) en el que me estoy quedando. Igual, pierdan cuidado, que en pos de encontrar más y mejores libros (de oferta) caminé y caminé... y, claro, como me estoy quedando en una habitación compartida, caminé y caminé con todos mis objetos de valor a cuestas, lo que ocasionó que mi mi espalda extrañe los días enteros frente a la computadora.

Bueno, retomando... que me compré muchos libros y que pretendo mandarlos, por correo, a Buenos Aires (y que sea lo que Dios quiera). Chiz no se compró tantos, pero los dos o tres que se compró pesan más que los míos, así que JA! Y, encima, hoy mismo, 22 de junio hay (nosotras no sabíamos) una especie de epidemia de liquidación de la temporada otoño/invierno... y no hay local que no grite con sus enormes letreros los SALDES que tienen. Se necesita mucha voluntad y valor para no sucumbir a ellos y yo no tengo ni valor ni voluntad. 

Lástima que no encontré una bolsa para llevar pan preciosa que vi allá por Lille... 


La gente

Un clásico. Los parisinos tienen la peor fama del mundo, dicen que son antipáticos y poco amables, pero la verdad es que, como en toda gran ciudad, siempre hay algún loquito por ahí. Como el señor del subte del otro día que, después de empujarme (por un tropezón del que no fui testigo pero que Chiz luego me informó) se ofendió porque me agarré la mochila (una nunca sabe si no le quieren sacar algo) y me empezó a gritar, escupió en el piso y poco menos que pega. Loquito, no les digo? O el otro señor que tuvimos el agrado de conocer en la fila para ver un concierto en el Louvre y que estábamos haciendo desde hace 40 mins y se quiso colar que, cuando lo interpelé (muy amablemente, sin ironía) para decirle que ya lo habíamos visto colarse, que por favor se fuera y que hiciera como todo el mundo porque era injusto que entre antes que nosotras que llegamos una hora y cincuenta minutos antes del concierto, al principio se hacía el desentendido (y no sé por qué quería hacerme creer que había venido con Chiz...!) y después, cuando le dije que si no se iba llamaba a los guardias me dijo de "arreglar las cosas afuera después de la función" (sí, un uga de libro, eh!). Pueden imaginarse que mi respuesta fue que era una dama y que no tenía ningún honor que defender, solo mi lugar en la fila! Llegamos a un común acuerdo diciéndole que, en lo que a mí respectaba, podía entrar atrás nuestro (y que fuera probelma de los demás).

Pero eso no es todo, nunca falta algún paranoico que cree que le querés robar o algo así (no me queda claro) y de entrada te tratan mal. Pero eso es porque, además de alterados, hay muchos que se sienten discriminados (o lisa y llanamente cagados) constantemente, entonces no quieren ser pasados por arriba (incluso por gente que no tiene ningún interés en pasarlos por arriba).

De todas formas, sigo pensando que la gente de París es, en lineas generales, bastante amable y normal. Claro que no son como los liliputienses, pero bueno, Carrefour no es Albert Heijn y París no es Lille... es lo que hay!  (acá tenemos los libros de saldo, no?)


La Fête de la Musique (y con esto termino, les juro)

Nada más tengo para decir que es un simil a nuestro Día de la Primavera, donde todos se ponen un poquito borrachitos, y hay música por todos lados. Cabe agregar que, además, por la calle y en los bares y en los cafés y en los museos hay bandas (de todo género y tipo y nivel de fama) tocando gratis para un público ávido de música. 

Los franceses parecen estar particularmente orgullosos de esta "gran fiesta" pero, habiéndola vivido en París (que parece ser el epicentro de este terremoto), llegamos a la conclusión (con Chiz) de que es simplemente una excusa para emborracharse e ir de fiesta un día cualquiera. De hecho, para poder emborracharse y hacer más ruido que ningún otro día del año. 


Ah, una cosita más: sabían que Champs Éysées fue declarada como la avenida más linda del mundo? Bueno, yo tampoco, pero les cuento. Ahora sí, habiendo iluminado sus vidas con un poco de conocimiento extra (que a nadie viene mal), los dejo hasta prontito!

/Estrasburgo

3 comentarios:

el disque bicicletero dijo...

Che Isa, si en vez de ver París je t´aime veo Ratatouille, es lo mismo?
Me alegro de volver a leerte. Besos

Viole dijo...

me alegra mucho que hayan caminado por las mismas callecitas y puentes que olivera y la maga (y un poquito de envidia tb)

Pol dijo...

La avenida mas linda del mundo es 9 de julio... no me jodaaaaaas!. Que ternura lo de la fiesta de la musica, ccomo en 2 dias en Paris!, ves que sos Julie Delpy. Y las librerias, oh!, las librerias. Te cruzaste muchos gatos?. Mua.

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