Aún no morí (desgracia para algunos, bien para muchos)



Yo sé, yo sé que tengo olvidado el blog. Mi público ya me estuvo pidiendo (desesperadamente) que les cuente mis aventuras pero, muchachos, seamos honestos: una gran ciudad como Berlín tiene un sinfín de placeres para ofrecerle a una magnánima diva como yo. No es fácil hacerse el tiempo para escribir un post. De todas formas, queridos fans míos, les traigo buenas noticias: esta mañana Chiz se fue y la enorme soledad que vengo a afrontar me obligará a contarles con lujo de detalles mis aventuras: no soy gran amiga del silencio.

Así que, por donde empezar. Las últimas noticias que les di fueron de Estrasburgo y si supieran las cosas que pasaron! Porque viajar en tren en Alemania es una cosa de locos (sobretodo para un porteño) y ni les cuento viajar 10 horas y con nuestras dos gigantezcas bicicletas y las miles y millones de reglas que te ponen e imponen a la hora de viajar.

También es una cosa de locos encontrarse en una ciudad del tamaño de Berlín en un país que bien podría ser la provincia de Buenos Aires y descubrir que, a pesar de haber estudiado a duras penas unos 8 meses de alemán, esos 8 meses resultan ser claves para entender que un determinado tren, únicamente por hoy, sale del andén 6 en vez del andén 7 (y así Chiz no pierde su tren). Tan increíble como esto es pensar que, durante un mes y medio todos los trenes cumplen el excacto mismo horario (incluyendo los de larga distancia) y, sobretodo, paran en el exacto mismo andén (caso contrario, es claramente avisado en las pantallas, claramente en alemán).

Pero bueno, no puedo aburrirlos con el tiempo perdido, porque a eso no vine. Vine a contarles del futuro que me espera que será glorioso (y hablando de glorias, lo que no fue nada glorioso es enterarme que el correo francés perdió mi/nuestra caja de 7 kg de libros que tenía que llegar a mi estimadísimo hogar hace unos 5 días). Pero, vuelvo al futuro, mi futuro glorioso que estará lleno, llenísimo de aventuras y que empezó hoy (porque la soledad trae tristeza, ganas de hablar y muchas más aventuras... sobretodo si una es como yo, que no entiendo los mapas y prefiero caminar a tratar de pensar). Por ejemplo, hoy quise ir a un mercadito de pulgas que queda acá cerca de "casa", y después de bajar por una gran y profunda escalera (acompañada sola y únicamente por los 30 grados berlineses) un chico (típico chico negro africano que una no entiende como no se derritió de estar ahí parado) me preguntó si quería algo. Mi alma de porteña se estremeció (pero trató de recordar las palabra de Damo, nuestro anfitrión: "métanse en los lugares escondidos, uno está acostumbrado a Buenos Aires que pasa de todo, pero ustedes métanse, porque son los mejores y acá no pasa nada). Finalmente resultó ser que el chico lo único que quería era venderme porro (y será una manera sutil esta de preguntarme si quiero algo...!) y hasta me ayudó a encontrar mi mercadito. Al fin y al cabo es verdad: acá no pasa nada y una, que nació y vivió toda su vida en Buenos Aires, de golpe se da cuenta (cual tormenta tropical) que no tiene ni la más puta idea de lo que quiere decir "vivir sin miedo", porque a la primera que vemos un lugar raro y a una persona parada ahí, se le prende a una el sentido arácnido.

Bueno, y retomando, también tengo proyectos para mi futuro más lejano, pero voy a contarles dos nomás (y ya verán por qué!):

1.
Me quiero armar una bicicleta, buen, armar o restaurar, porque quiero que sea así, llena de amor, linda, viejita y sobretodo, llena de amor. De a poquitito, buscando las cosas justas (cual coleccionista) y aprendiendo a ponerlas. Ipso facto, necesitaré la ayuda de mi Disque Bicicletero que espero que acepte ayudarme (sin él no soy nadie! y no quiero morirme siendo una coleccionista de piezas nomás). Y, por si todavía no está seguro de si va a querer ayudarme para tentarlo le cuento que hoy mismo me compré, en el susodicho mercadito de pulgas, un freno Shimano que nunca jamás vi en Buenos Aires (viejito pero precioso, la foto lo ilustra, reconozo que le falta limpieza pero por motivos de seguridad, eseizísticos, lo haré cuando llegue a mi casita).

2.
Empezaré a cursar en Puán. Me haré una hippie, quizás (Dios no lo permita) y me tildarán de pretenciosa, o no. Pero voy a cursar, se ha dicho. Cumpliré mi sueño de estudiar algo (por lo menos alguito) de literatura. Elegí, para adentrarme en ese universo aparte que es FILO una materia llamada Literatura en las Artes Combinadas y dada por un al Eduardo Gruner. Y les digo a todos: síganme los buenos, porque sé que más de uno que lee el blog quizás quiera hacer la materia conmigo (todos los créditos de elección de la materia e informaciones son copyright de Maia). Los horarios no los tengo, pero me los informaré apenas pise la ex-Capital Federal.

Bueno, considerando que ya escribí más que suficiente voy a ir cerrando el post. No se preocupen, sabrán más de mí. Piénsenlo así: son mi única gente para charlar!!

/Berlín

2 comentarios:

Selfish Fish dijo...

La idea de la bici del amor me parece de lo más linda. Y la de la facu, no se. Dejala ir a la UBA vamos a estudiar a la Unla :P

Y te aviso que hippie estas deviniendo.Aunque no te des cuenta. (Releer el temita de la bici del amor y de ir a Puan/ arte arte.)

EL invierno que viene te encontrará tejiendote unos escarpines de llama que vos misma criaste :P

el disque bicicletero dijo...

Isa, tengo un par de manijas de cambio francesas que son un primor. Piezas de relojería muy bien conservadas que esperan tu regreso.
Esa herradura que encontraste es hermosa. Ya estoy pensando en tu bici. Besos

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